Cuando nos referimos cuotidianamente a un estilo húngaro a menudo nos referimos a un estilo libre y desenfadado de tocar y con una sonoridad muy arraigada a una tierra, Hungría. Una tierra con una tradición musical claramente marcada por la cultura gitana.

Durante el siglo XX son muchos los compositores que encabezados per Kodály y compañía han investigado, recuperado y puesto al día en les sus composiciones buena parte de la música tradicional de este país, ya sea directamente arreglando piezas tradicionales o inspirando-se en ellas para elaborar sus composiciones.

En el programa de hoy veremos parte de esta riqueza musical y como queda reflejada su energía en la música de muchos de sus compositores. Para empezar dos obras de inspiración directa en antiguas danzas o melodías del país: la Partita all'ungaresa de F. Farkas, obra inspirada en melodías del siglo XVI por parte de uno de los mas importantes compositores del país y dedicado en cuerpo y alma a investigar su cultura. Y el Divertimento op. 20 de L. Weiner, considerado el Mendelssohn húngaro y que no renunció nunca a una escritura melódica romántica.

Con ellos una obra del compositor húngaro por excelencia: B. Bartók. Su Divertimento para cuerdas es una de les grandes obras para orquesta de cuerdas. Energía, imaginación, colores, ritmos, melodías… todo combinado en una música de inspiración de raíces rústicas y que nos traslada a un mundo mundo de sensaciones. Ya para acabar el concierto nada mejor que una pequeña selección de las Danzas Húngaras de J. Brahms.

Un concierto en el que la energía de los sonidos tradicionales húngaros entra sin pausa des del primer minuto.