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El piano de Beethoven y un tratado de Paz
L. v. Beethoven
Concierto para piano núm. 1
P. Wranitzky
Sinfonía op. 31 - por la paz con la república francesa
Daniel Ligório, piano
Quizás si nos preguntamos nombres de compositores relacionados con la ciudad de Viena i que fueran grandes maestros de la sinfonía en el período clásico a todos nos vienen a la cabeza J. Haydn, W. A. Mozart i L. v. Beethoven. Realmente todos ellos eran y son un referente inmenso en la música y también de un hecho musical como es la sinfonía. Pero si ahondamos un poco más en la vida musical de la Viena de la segunda mitad del siglo XVIII encontraremos un personaje ciertamente importante: Pavel Wranitzky.
P. Wranitzky, nacido en Moravia y trasladado a Viena a la edad de 20 años fue sin ninguna duda un personaje clave en la vida musical de la ciudad. Amigo de Haydn y Mozart, fue uno de los puntos de referencia de la escritura de la forma sinfonía, con alrededor de sesenta obras, el compositor predilecto de la emperatriz María Teresa, violinista de gran reputación y gran director de orquesta. Tanta era su fama que un compositor como Beethoven le pidió que fuera él quien estrenara su primera sinfonía.
Y aquí tenemos servido el programa de este concierto: una obra del apodado “genio de Bonn” y que esta presente en la memoria colectiva como a gran referente musical con su primer concierto para piano y una obra de un autor que cayó en el olvido pero que en realidad era muy admirado por el propio Beethoven con una de sus sinfonías más emblemáticas, la Sinfonía “La Paix”.
La Sinfonía “La Paix” de P. Wranitzky aparece con el título de “Gran Sinfonía para la paz con la República Francesa” y en realidad es una declaración de intenciones. En una época en que las guerras eran realmente grandes movimientos de naciones europeas estos hechos afectaban todas las capas de la sociedad. Y no es de extrañar que los tratados de armisticio fueran bienvenidos y celebrados en todos los niveles. Esta obra nos relata a nivel sonoro puntos importantes de una guerra en que estaban involucradas Francia, Austria, Prusia, Inglaterra... y evidentemente celebra su final. Toda una música programática con una escritura musical en forma de sinfonía absolutamente genial.
L. v. Beethoven estrenó públicamente en Praga el 1798 con él mismo como solista su Concierto para piano núm. 1. En realidad no era su primera partitura en el formato de concierto para piano y orquesta, sino la tercera, pero por razones de publicación está catalogado como concierto núm. 1. Dedicado a la su alumna la condesa Anna Luisse Barbara “Babette”, Beethoven aún no se había decantado por una idea de tejido común entre piano y orquesta y todavía hay una distancia respetuosa entre e los dos. Aún así el público de Praga reaccionó favorablemente y con sorpresa a la par. A pesar de ser una obra primeriza del compositor y que respeta bastante los cánones de le época esta música ya muestra inicios de su revolución musical tanto en le expresión como en las estructuras.
En esta ocasión os presentamos las dos obras en versiones escritas para cuerdas.
P. Wranitzky, nacido en Moravia y trasladado a Viena a la edad de 20 años fue sin ninguna duda un personaje clave en la vida musical de la ciudad. Amigo de Haydn y Mozart, fue uno de los puntos de referencia de la escritura de la forma sinfonía, con alrededor de sesenta obras, el compositor predilecto de la emperatriz María Teresa, violinista de gran reputación y gran director de orquesta. Tanta era su fama que un compositor como Beethoven le pidió que fuera él quien estrenara su primera sinfonía.
Y aquí tenemos servido el programa de este concierto: una obra del apodado “genio de Bonn” y que esta presente en la memoria colectiva como a gran referente musical con su primer concierto para piano y una obra de un autor que cayó en el olvido pero que en realidad era muy admirado por el propio Beethoven con una de sus sinfonías más emblemáticas, la Sinfonía “La Paix”.
La Sinfonía “La Paix” de P. Wranitzky aparece con el título de “Gran Sinfonía para la paz con la República Francesa” y en realidad es una declaración de intenciones. En una época en que las guerras eran realmente grandes movimientos de naciones europeas estos hechos afectaban todas las capas de la sociedad. Y no es de extrañar que los tratados de armisticio fueran bienvenidos y celebrados en todos los niveles. Esta obra nos relata a nivel sonoro puntos importantes de una guerra en que estaban involucradas Francia, Austria, Prusia, Inglaterra... y evidentemente celebra su final. Toda una música programática con una escritura musical en forma de sinfonía absolutamente genial.
L. v. Beethoven estrenó públicamente en Praga el 1798 con él mismo como solista su Concierto para piano núm. 1. En realidad no era su primera partitura en el formato de concierto para piano y orquesta, sino la tercera, pero por razones de publicación está catalogado como concierto núm. 1. Dedicado a la su alumna la condesa Anna Luisse Barbara “Babette”, Beethoven aún no se había decantado por una idea de tejido común entre piano y orquesta y todavía hay una distancia respetuosa entre e los dos. Aún así el público de Praga reaccionó favorablemente y con sorpresa a la par. A pesar de ser una obra primeriza del compositor y que respeta bastante los cánones de le época esta música ya muestra inicios de su revolución musical tanto en le expresión como en las estructuras.
En esta ocasión os presentamos las dos obras en versiones escritas para cuerdas.