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Divertimento
W. A. Mozart
Divertimento en Re Mayor KV 136
W. A. Mozart
Divertimento en Si b. KV 137
W. A. Mozart
Divertimento en Fa Mayor KV 138
B. Bartok
Divertimento para cuerdas
El Divertimento es una forma musical que fue muy popular en el siglo XVIII, compuesta para un número pequeño de instrumentos y normalmente con un estilo desenfadado y alegre, una diversión musical. Los estudiosos hablan de que Haydn cogió esta forma como paso en su desarrollo del cuarteto de cuerda.
La primera parte de este concierto está dedicado a la integral de los Divertimentos para cuerdas de W. A. Mozart. Escritos en Salzburg a la edad de 16 años son un conjunto de tres obras solamente con instrumentación de cuerdas y que se convierten en parte de la memoria de cualquier instrumentista de cuerda por la combinación de gran belleza dentro de la aparente simplicidad de su música. Únicamente hace falta leer las palabras de Alfred Einstein al referirse a uno de estos divertimentos: “una obra maestra de maestros, en la escala más pequeña posible”.
Una de las características del siglo XX es la búsqueda de inspiración en las épocas pasadas. Nos volvemos a encontrar Suites, Concertos Grossos y Divertimentos adaptados al lenguage de la época e ideas estilísticas de cada compositor. Y es en estos parámetros que encontramos una de las obras para cuerdas quizás de más excelencia: el Divertimento para cuerdas de B. Bartok, con una fuerza, colores y energías rítmicas que alcanzan puntos únicos. Un concierto donde la energía de los sonidos tradicionales húngaros entra ya sin pausa des del primer minuto.
La primera parte de este concierto está dedicado a la integral de los Divertimentos para cuerdas de W. A. Mozart. Escritos en Salzburg a la edad de 16 años son un conjunto de tres obras solamente con instrumentación de cuerdas y que se convierten en parte de la memoria de cualquier instrumentista de cuerda por la combinación de gran belleza dentro de la aparente simplicidad de su música. Únicamente hace falta leer las palabras de Alfred Einstein al referirse a uno de estos divertimentos: “una obra maestra de maestros, en la escala más pequeña posible”.
Una de las características del siglo XX es la búsqueda de inspiración en las épocas pasadas. Nos volvemos a encontrar Suites, Concertos Grossos y Divertimentos adaptados al lenguage de la época e ideas estilísticas de cada compositor. Y es en estos parámetros que encontramos una de las obras para cuerdas quizás de más excelencia: el Divertimento para cuerdas de B. Bartok, con una fuerza, colores y energías rítmicas que alcanzan puntos únicos. Un concierto donde la energía de los sonidos tradicionales húngaros entra ya sin pausa des del primer minuto.