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Tempestades y pasiones
J. M. Kraus
Obertura para la Olympie
J. A. Hasse
Sinfonía op. 5 núm. 6 en sol m.
J. Ch. Cannabich
Sinfonía núm. 50 en re menor
J. B. Vanhal
Sinfonía en do menor
J. Haydn
Sinfonía núm. 39
Sturm und Drang fue un movimiento principalmente literario y de poco recorrido temporal, del 1767 al 1785. Una ruptura con la ilustración y que abrió las puertas al romanticismo. Esta nova estética también se dio en las artes visuales y en la música, una estética revolucionaria que insiste en la subjetividad y el malestar del ser humano ante una sociedad cada vez más marcada por diferencias sociales e hipocresías morales. La razón o el intelecto dejan de ser el medio para acceder al arte y en cambio es el sentimiento quien toma todo el protagonismo.
El punto de partida en la música fue en las óperas donde se pasó de complejos argumentos y partituras a una música más directa y que realmente expresa los sentimientos humanos en la historia narrada. Una de las primeras partituras es el “Don Juan” de Gluck, en el que el final de la obra musical expresa en sonidos la fatalidad última de la historia. En las obras instrumentales también desaparece el orden refinado y agradable y se imponen las emociones sonoras sin límites, con contrastes súbitos de matices, harmonías, fraseos y ritmos. Una enorme paleta de recursos musicals buscando los contrastes inesperados para conseguir un dramatismo más próximo a la liberación de las emociones humanas. La expresión musical deja de estar sometida a esquemas preestablecidos y toma una nueva forma con la liberación de la expresión del compositor.
Numerosos autores del clasicismo pasaron por esta corta etapa dentro del desarrollo de la su música. Autores consagrados como Haydn, Mozart y Ch. Bach, acompañados por un número importante de grandes compositores de la época como Cannabich, Wagenseil, Vanhal, Hasse...
Entre todos ellos hemos escogido el sueco M. Kraus como músico con gran inmersión tanto en la literatura como en la música del Sturm und Drang. Música de un gran amigo de la familia Bach, J. A. Hasse. El propio Haydn que con su sinfonía 39 marcó a compositores vieneses como el su amigo J. B. Vanhal, y la influencia que esta corriente tuvo en el gran concertino de la orquesta de Mannheim: J. Ch. Cannabich.
El punto de partida en la música fue en las óperas donde se pasó de complejos argumentos y partituras a una música más directa y que realmente expresa los sentimientos humanos en la historia narrada. Una de las primeras partituras es el “Don Juan” de Gluck, en el que el final de la obra musical expresa en sonidos la fatalidad última de la historia. En las obras instrumentales también desaparece el orden refinado y agradable y se imponen las emociones sonoras sin límites, con contrastes súbitos de matices, harmonías, fraseos y ritmos. Una enorme paleta de recursos musicals buscando los contrastes inesperados para conseguir un dramatismo más próximo a la liberación de las emociones humanas. La expresión musical deja de estar sometida a esquemas preestablecidos y toma una nueva forma con la liberación de la expresión del compositor.
Numerosos autores del clasicismo pasaron por esta corta etapa dentro del desarrollo de la su música. Autores consagrados como Haydn, Mozart y Ch. Bach, acompañados por un número importante de grandes compositores de la época como Cannabich, Wagenseil, Vanhal, Hasse...
Entre todos ellos hemos escogido el sueco M. Kraus como músico con gran inmersión tanto en la literatura como en la música del Sturm und Drang. Música de un gran amigo de la familia Bach, J. A. Hasse. El propio Haydn que con su sinfonía 39 marcó a compositores vieneses como el su amigo J. B. Vanhal, y la influencia que esta corriente tuvo en el gran concertino de la orquesta de Mannheim: J. Ch. Cannabich.